domingo, 8 de enero de 2012

Una mirada atrás.

¡Hola!
Ha pasado bastante tiempo desde que escribí la última entrada. Sigo cambiando, sigo aprendiendo cosas que cada día me fascinan más. Con ello quiero decir, que aunque no lo haya plasmado, no he dejado de aprender.
Centrándome un poco en estas fiestas navideñas, diré que las vacaciones, aunque han sido cortas, han dado para mucho. No he hecho todas las cosas que tenía pensadas hacer, pero bueno, hacer trabajos también es entretenido. Este año han sido un tanto distintas ya que ha cambiado la compañía en las cenas y comidas en cuanto al año pasado. Pero sobre todo, algo me ha hecho recuperar la ilusión que hace años no sentía en estas fechas. Me acosté el día de Reyes pensando en esto. Hubo un momento de la noche, en la que no podía dormir y me puse a prestar atención a los sonidos, esperando que, quizá fueran los Reyes Magos y que de verdad vinieran. Quise y deseé tanto escuchar algo, aunque fuera el más mínimo ruido, que al final lo escuché. Sabía perfectamente que solo estaba ocurriendo en mi cabeza, pero conseguí dormirme con una sonrisa en la boca. Luego pensé en lo bonito que era ser niño y creer en estas cosas tan fantásticas. Y, en verdad, en mi casa nunca ha habido verdadera tradición de decorar la casa, dejarles comida a los reyes y esas cosas, salvó un gran belén en el salón que mi padre y yo nos entreteníamos en montar. La ilusión en esos días, cuando se es pequeño, es desbordante y, es una pena, que con el paso del tiempo se vaya perdiendo. Desde hace unos tres años que mi familia no se reúne el día de reyes, pero el comer con mis padres ese día y hablar de los regalos este año ha sido fantástico.
Cambiando un poco de tema, y dejando las navidades a un lado, diré que estos últimos meses han estado bien. Como he dicho al principio, no he dejado de aprender. Y centrándome un poco más en la asignatura de Psicología del Desarrollo, esto no es distinto. Hemos estado analizando casos, como el de Secretos del Corazón. Fue una película que, aunque ya había visto, me gustó y no me gustó. Me explico: Alejandro nos pidió que nos fijáramos en la figura de Javi, el niño protagonista de película, en su comportamiento y en el cambio que sufría desde el principio hasta el final de la película. Entonces, mi mirada solo se centró en él y en lo que Alejandro nos pidió. Si esta película la hubiera vuelto a ver sin estar pendiente del cambio que experimentaba el niño, la hubiera disfrutado de otra manera. Pero lo que más me gustó fueron las clases posteriores al día en la que la vimos: estuvimos trabajando el caso de Javi, los símbolos que tenían la película y las relaciones de apego que se desarrollaban. Después hicimos un mapa conceptual relacionando toda la película y estuvimos comparándolos entre nosotros. Alejando siempre incide en que lo más importante no es saber muchos conceptos o manejar más o menos bien las teorías, que también; sino las relaciones de los mismos. Y creo que, en mayor o menor medida, esto lo conseguimos con los mapas conceptuales. Muchos conceptos se repetían: las figuras de apego, los cambios de estas figuras, el desarrollo cognitivo y moral que experimenta Javi... A mi me llamó mucho la atención las similitudes y las diferencias entre nuestros esquemas porque comprobé que los aspectos de la película se podían relacionar desde varias formas, y que mis compañeros se habían fijado más en unos conceptos que en otros. He de decir, que a partir de analizar este caso, cuando he visto películas en las que aparecían niños, no he podido dejar de fijarme en los cambios y en el desarrollo de los mismos.
Luego, vimos el desarrollo moral. Estuvimos trabajando un caso de una chica que se llamaba María: ella había hecho un trato con su madre, que consistía en que si ella ganaba el dinero para ir al concierto, tendría su permiso. María logró reunir todo el dinero que necesitaba y cuando quiso ir al concierto, su madre la dijo que lo gastara en ropa para el colegio. La chica se fue al concierto, desobedeciendo a la madre, diciéndola que se quedaría a dormir en casa de una amiga suya. Cuando pasó el tiempo, María decidió contárselo a su hermana. Y aquí venía el dilema moral: ¿qué debería hacer ella? ¿contárselo a su madre o no hacerlo?.
Este caso lo trabajamos también por grupos, y estuvimos todas de acuerdo en que la hermana no debería decirle nada a su madre. En lo que quería Alejandro que incidiéramos, era en los argumentos, en las razones que dábamos a la hora de contestar, y no en la respuesta en sí. Después al ponerlo todo en común, nos dimos cuenta de que, en general, todos habíamos contestado lo mismo y por razones prácticamente iguales.A partir de esto, estuvimos trabajando el desarrollo moral con Kohlberg, y su paralelismo estructural con J. Piaget.
Por último, y esta es una de las cosas más importantes, Alejando ha desvelado el misterio que a tantos nos rondaba en la cabeza: la evaluación. Antes de que nos lo dijera a todos en clase, él me dijo una cosa que me dio que pensar: "Depende de quien os evalúe, esa es la clave". Yo, a raíz de eso se me ocurrió pensar que nos evaluaríamos y calificaríamos nosotros. Y, ¡bingo! Acerté. Y aunque, en cierto modo, me lo esperaba me quedé sorprendida. Un cambio más: evaluarme a mí misma nunca antes lo había hecho, y menos de la manera que pedía Alejandro: mediante un escrito. Esta vez, el caso a analizar seríamos nosotros mismos y esto, desde mi punto de vista, es más difícil que analizar otros casos, pero también es verdad que nadie mejor que nosotros, sabe lo que hemos aprendido. Ahora entiendo mejor la utilidad de este blog: lo que hemos ido escribiendo, ayuda a que nos demos cuenta de lo que hemos empezado a interiorizar. Yo, en mi caso, no he escrito mucho, apenas nada. Pero, matizo: no lo he escrito aquí. Por suerte, tengo bastantes folios llenos de apuntes, reflexiones, y experiencias de mi día a día que se relacionan con los temas que vemos.
Esto último es lo que, en pocas palabras (para ser más exactos tres) quería decir con el título. Fijarnos en el cambio que hemos desarrollado desde que empezamos, desde aquellos primeros días en los que no sabíamos si íbamos o veníamos, y en los que nos sentíamos bastante perdidos. Nos otorgaron una libertad distinta a la que conocíamos: no había trabajos ni exámenes que hacer, ni fechas límite, sino que teníamos la libertad de buscar información, de aprender por nuestra cuenta. Estaba todo ahí, solo teníamos que saber encontrarlo y utilizarlo bien. La verdad es que cursar esta asignatura, ha hecho que muchas situaciones que se me han planteado, las haya sabido resolver y, en cierto modo, analizar, desde otros puntos de vista.
Seguiré escribiendo, lo que no se es sobre qué. Un saludo a todos.
Sara.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Futura heroína.

Hola hola :)!
Esta semana tenía pensado escribir, pero por falta de tiempo no lo he podido hacer. Las reflexiones de didáctica, el diario de filosofía, el decálogo de procesos...
El martes pasado, en psicología, tuvimos el gustos de tener en clase al catedrático de la Universidad Central de Chile Luis Alfredo Espinoza. Su charla me pareció muy interesante y pasaré a desarrollar los aspectos que más me llamaron la atención. Me gustó lo que dijo sobre los mitos, los cuales definió como la presencia de lo extraordinario en lo ordinario. Los niños, muchas de las cosas que no entienden, tratan de explicarlas mediante mitos o sucesos extraordinarios. Cuando algo que antes era novedoso y extraordinario, pasa a convertirse en un rito en el momento en que se hace rutinario o se repite cada cierto tiempo. A partir de esto, quiero reflexionar acerca de una cosa que hoy me ha llamado la atención en clase. Alejandro ha dicho que las bodas y los divorcios pueden considerarse ritos, pero sobre todo el primero por razones culturales. Entonces él nos ha hablado de las transiciones rituales: la boda se entiende como el paso de estar soltero a estar casado; entre un paso y otro tu vida cambiará y habrá una transición. Eso me ha hecho pensar que si eso es así, entonces nuestra fiesta de graduación que se realiza cuando finalizas el instituto, ¿es otra transición ritual?.
Otra de las cosas que me llamo la atención de las que nos contó Luis Alfredo, y creo que no fue a la única, es el mito del viaje del héroe. Hay un momento en el que algo se acciona en ti y en tu vida: una oportunidad, un tren... En tu mano esta el subirte a ese tren y empezar una nueva aventura. El camino estará lleno de obstáculos y pruebas; de montañas muy altas y lagunas venenosas. Tendrás que ir superando todas esas adversidades e ideando estrategias para conseguirlo. Cuando la aventura ya está vivida y es el momento de regresar, te habrás convertido, en ese instante, en un héroe (en este caso, heroína ;D). Llegarás y enseñarás a los jóvenes que quieran empezar la aventura, por dónde ir y cómo superar los obstáculos que tu superaste; aconsejarles para que lleguen lejos.
¿Precioso, verdad?. Para mi si. Siempre me han gustado los mitos y las leyendas, pero esta en especial muchísimo más porque me siento muy identificada. Ahora si que noto de verdad que lo que he empezado es una aventura. Si, antes lo pensaba, pero ahora lo veo aún más claro. Yo quiero convertirme en esa heroína. Esto, la verdad, es que me subió bastante la moral ;)
Una vez terminados esto, quiero contar una cosa que sucede prácticamente todos los días en mi casa sobre las tres menos cuarto de la tarde. Es uno de los momentos más bonitos del día. Me siento a comer con mi madre y charlamos, sobre todo, de lo que yo he hecho en la universidad ese día. Mi madre me escucha atenta, entre curiosidad y perplejidad, y me hace preguntas acerca de lo que estemos hablando: "¿y que es eso de la conservación?" o "¿La traducción entonces también puede darse en el arte?". Nunca me había parado a pensar en las conversaciones que tengo con mi madre mientras comemos porque para mi eran algo rutinario, algo que hacía todos los días como levantarme, desayunar... Pero la verdad es que, gracias a ella, me doy cuenta de las cosas que aprendo en la universidad. Yo lo relaciono, quizá, con lo que plasmo en la wiki o en el blog. También pensamos en cómo podríamos aplicar algunas cosas en el día a día o qué actividades dinámicas y entretenidas les pondríamos a los niños. Suelen salir algunas cosas disparatadas y otras, francamente interesantes.

Ya termino. Espero que os guste esta entrada y según se me vayan ocurriendo más
cosas, las iré plasmando.

Un saludo, Sara.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Inspiración.

¡Muy buenas!
Aquí estoy yo, escribiendo mi segunda entrada del blog, y como siempre, sin saber muy bien cómo empezar.

Escribo, más que nada, porque estoy en un momento de inspiración (de ahí al título esta entrada), y estas situaciones no suceden tan a menudo como a una le gustaría,  y por eso he decidido aprovecharla para escribir.

Esta ha sido una semana distinta en la que he experimentado sensaciones que creí haber olvidado. Esta semana ha sido muy parecida a una montaña rusa y, aunque en muchos momentos de nuestra vida experimentemos esos altibajos a los que me refiero, en estos días han sido muy extremos.

Durante estos días he estado trabajando con mis compañeras Iris, Bea y Carol en un trabajo de procesos que consistía en realizar una planificación sobre actividades para niños durante un periodo de tiempo con el fin de trabajar las destrezas comunicativas. Me apetece señalar de esto que, aunque no estoy muy acostumbrada a trabajar en grupo, ellas han sabido ayudarme igual que yo a ellas en lo que he podido. Hemos pasado momentos muy buenos en los que nos hemos reído, y también momentos en los que hemos llegado a sentir estrés, nervios y demás aspectos negativos que tiene presentar un trabajo con tan poco tiempo. Pero, y siempre procuro hacerlo, me quedo con los buenos momentos.

En estos días, también me han sucedido cosas que hacen que esté feliz y contenta: aprobar el carnet de conducir, entre otras. Estaba tan nerviosa cuando hice el examen que sentía que el corazón llevaba el mismo ritmo que el sonido de los intermitentes. Pero al final aprobé, a la segunda, pero aprobé. Sobre todo quiero destacar de todo esto palabras como "ánimo" o "suerte" de mis amigos y compañeros. Esto me motivó y me  la dio seguridad que necesitaba.

El martes en concreto, estuve con mis tíos y mi prima. La razón por la cual nos reunimos fue para despedir a mi prima mayor Marina que se va a ir a Londres a vivir. Yo no tengo ni hermanos ni hermanas, y ella ha sido siempre lo más parecido a ello, además de una buena amiga. De ella he aprendido muchas cosas y me ha aportando tanto que pensar que va a estar a tantos kilómetros de aquí me encoge el corazón. De veras que la voy a echar de menos.

Ese mismo día fue el de los difuntos. Y sólo eché de menos a una persona: a mi abuela. Hace tres años que falleció y aun no ha conseguido irse del todo, y eso, en cierto sentido es bueno. Ella era una persona con mucha alegría, siempre riéndose. No tuvo una vida fácil, pero ahí estaba ella, superando todos los obstáculos que se le presentaban y poniendo buena cara y una sonrisa a todo lo malo. Me enseñó a deducir y a entender antes que a memorizar. Me enseñó un montón de cuentos y a amar la lectura. Me enseñó que los nudos, generalmente, se pueden deshacer, aunque sea difícil, antes que usar las tijeras y cortarlos. Me enseñó que la cocina es el mejor lugar para bailar y cantar, que la vida es cómo un gran arco iris, en el que al principio somos niños, y vamos recorriéndole hasta ser adultos y, bueno, morir. (hasta lo pintamos). Esto también me recuerda a los dibujos que hicimos el primer día de clase de psicología sobre el desarrollo. Me enseñó y me aportó tanto que no cabrían ni en mil entradas del blog y, aparte, muchas no sabría ni cómo explicarlas. La echo de menos y me acuerdo mucho de ella. Con todo lo que he dicho(y dejando lo "dramático" un poco al lado) lo que vengo a decir es que ella fue, lo que llamamos en clase de psicología, una figura de apego y gracias que me dio por recordar todos los momentos tan preciosos que viví con ella, fui capaz de relacionarlo. En mi vida he tenido muchas figuras de apego, pero ella y mi madre son las más significativas de todas, sin duda .

Con esto ya termino. Espero que os guste esta entrada.

Un besazo, Sara.

viernes, 28 de octubre de 2011

Para comenzar...

Me llamo Sara Almeida y he entrado este año en el primer curso de el grado de Magisterio de Primaria en la Escuela de Magisterio de Guadalajara, donde actualmente vivo.
Yo nunca antes había escrito en un blog mis pensamientos. Esto, como muchas cosas este
años, es nuevo para mi. Me siento rara al estar escribiendo reflexiones, que antes solo se
quedaban en el papel, en la pantalla de un ordenador y más para que alguien las lea.
Escribir nunca me ha disgustado y, de echo, en mi caso, siempre me ha echo sentir bien
y me ha ayudado en muchas ocasiones como desahogo. Este blog lo hago con la esperanza de que
me ayude a aprender.
Este año, como había dicho antes, casi todo es nuevo para mi. Los compañeros, el sitio, los profesores,
la forma, los medios... Y como todo lo nuevo, tiene una parte genera miedo e incertidumbre por el no
saber qué va a pasar; y por otra parte es interesante e incluso atrayente. Lo que más me ha llamado la
atención, y creo que no es a la única, ha sido la forma de dar las clases. Ya el profesor no explica la
lección y pretende que tu la memorices, no. Ahora ellos buscan que nosotros encontremos y formemos esa
lección, que la hagamos nuestra, que la vayamos construyendo en nosotros. Y esto, supongo que será la manera de que nosotros les enseñemos a nuestros alumnos. Lo que más me gusta de este nuevo sistema es
la libertad y flexibilidad que concede para trabajar en temas, que a mi juicio, son interesantes. Lo que menos me gusta, y creo que este aprecio será temporal, es que es nuevo y por ello aun no soy capaz de adaptarme. Pero como todo, será cuestión de tiempo.

Por mi parte, y como breve presentación, poco más que añadir. Espero escribir lo más frecuente que pueda.

Un saludo, Sara.